En el vasto y a veces absurdo reino de los nombres propios, pocos relatos son tan curiosos (y francamente divertidos) como el del nombre «Sezar». Este nombre, que suena a mezcla entre un emperador romano con problemas de identidad y una ensalada mal escrita, tiene un origen tan peculiar como su sonoridad. La historia comienza, como muchas grandes historias, en el mundo del streaming, donde la realidad a menudo se entrelaza con la ficción de maneras inesperadas.
El protagonista de nuestra historia es Rioboo, un streamer conocido por sus aventuras digitales y su habilidad para entretener a las masas conectadas. Un día, en medio de una transmisión, Rioboo mencionó el nombre «Sezar», creyendo que se trataba de un nombre real, común y corriente. Claro, ¿por qué no? Después de todo, en un mundo donde existen nombres como Apple (manzana) y North West (Noroeste), ¿qué tan descabellado podría ser «Sezar»?
La verdad es que «Sezar» no solo no era común, sino que tampoco parecía tener un origen claro. De hecho, parece ser que Rioboo, en un momento de inspiración (o quizás confusión), había creado un nuevo nombre, lanzándolo al éter digital con la esperanza de que encontrara un lugar en el panteón de los nombres. Y vaya que lo hizo, aunque no de la manera que él esperaba.
Ahora, si nos detenemos a analizar el significado de «Sezar», podemos embarcarnos en un viaje lingüístico lleno de especulaciones y malentendidos divertidos. Por un lado, «Sezar» suena sospechosamente similar a «César», el título dado a los emperadores romanos. Esto podría llevarnos a creer que «Sezar» es, de hecho, un nombre que denota poder, autoridad y una cierta tendencia a ser apuñalado en el Senado. Sin embargo, también es imposible ignorar su cercanía fonética con «Cesar«, que en español es un verbo con varias acepciones, incluyendo detener o terminar algo. Quizás «Sezar» sea entonces un recordatorio sutil de que todas las transmisiones, incluso las más entretenidas, eventualmente deben llegar a su fin.